La Inteligencia Artificial (AI) ofrece eficiencias que para las empresas se convierte en una ventaja competitiva, porque se aprovechan los datos para reducir imprevistos, realizar un análisis predictivo y automatizar los procesos.
Sus aplicaciones tienden a ser complejas, pero como ejemplo está el análisis de datos de los recursos en tiempo real. También como principal desafío de las empresas son los volúmenes de datos muy altos, y con esta tecnología consiguen identificar las debilidades, fortalezas y eficiencias en el proceso.
Además, la Inteligencia Artificial hace uso del Big Data a través de un algoritmo predictivo para calcular las tendencias de consumo en relación a las necesidades y preferencias de los usuarios.
La robótica y el software de gestión son los que se encargan de realizar las operaciones de transporte y ubicación de los productos de forma autónoma. Esta es una de las soluciones más innovadoras de esta tecnología en términos de almacenes automatizados.
El sector de la logística en los medios de transporte es más efectivo, ya que la IA agrega a los sistemas la información en tiempo real, de modo que el software puede obtener la ruta ideal para la entrega de las mercancías.
La AI se puede aplicar en las cadenas de suministros de la siguiente manera:
- Predicción
- Planificación de las operaciones
- Rutas logísticas
- Gestión del riesgo
- Automatización y robótica
- Vehículos autónomos
- Visión por ordenador y reconocimiento de voz
- Mejora de la experiencia del cliente
Muchas empresas se han visto forzadas a aplicar este tipo de tecnología para enfrentar las volatilidades del mercado, y de ese modo captar la mayor información posible para reducir riesgos.
Por último, la implementación de la AI en las cadenas de suministro se requiere tener en cuenta la seguridad tanto de los sistemas como de las personas. Es necesario que se tenga un mantenimiento de los datos obtenidos y un sistema de seguridad informática para protegerlos.